lunes, 4 de agosto de 2008

Besé el fervor



Abrevarse de sangría
En ella avizoro mi religión cautiva
Me llama a la raíz
Trazo rieles con la lengua
Cadalso a cadalso
Descorrer las cortinas,
Carcomer a silencios el horizonte no alcanzado
El panopticón de mi piel
Bajo un cielo impostor
Irrigo
Sexo triste
Mis cimientos no son suyos
De su mascada torpe
Horada, convulso
Mi contradanza inútil
Nunca cicatriza la gangrena
En este cautiverio
Me asomo a la escotilla para encontrar las hebras
De lo que fuimos
En tus extramuros
Besé el fervor.

5 comentarios:

Tristancio dijo...

A veces, cuando estoy a punto de dormirme, sorprendo extrañas imágenes en mi cabeza y me pregunto de dónde vendrán, porque las pienso. Es como si no fuera yo. A veces, incluso me despiertan estas imágenes... y las disfruto, otras, me asustan...

Eso me pasa con tus versos, que pertenecen a la esfera media de los sueños... en fin, al estado en que está la mente (o el alma) cuando escribe. Y que no es necesario entender.

Abrazo.-

Anónimo dijo...

bárbaro Manolo! un abrazo! Juan Pablo Peralta
www.portaldelperiodista.blogspot.com

Sonita dijo...

asunto intrincado, cuyas letras no logro descifrar por completo.. pero si, Manu, si toca el alma y te quedas un instantes, ya después de haber terminado al lectura, bañanda en una extraña atmosfera..
excelente pluma, sin duda alguna.
un besito dulce.

x dijo...

bueno ecrito amigo....demasiado expresivo.

saludos y felicidades.

franco dijo...

Reunámonos un día, hermano del alma, y palpitemos junto a un vino el pulso poético que dejamos porque sí.Compartamos nuevamente el precipicio del verbo.